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Una historia sobre Harlem: El árbol de la esperanza.

Foto del escritor: The Nest SwingThe Nest Swing

El arbol de la esperanza rodeado de niños.

¡Hola pajaritxs! Mayo es sin duda un mes muy especial en el mundo del Jazz. En este mes nacieron varias figuras muy importantes que dejaron huella en la historia de Harlem y del Jazz. Una de esas personas fue sin duda Bill «Bojangles» Robinson, bailarín de claqué muy amado por la comunidad afroamericana, que trabajó en los circuitos de los espectáculos vodevil, en los teatros de Broadway, además de en la radio, el cine y la televisión. Su cumpleaños es el 25 de Mayo y en su honor se nombró a este día el día internacional del claqué. Es por ello que el artículo del Jueves que viene va a ir dedicado a él. En el artículo de hoy hemos pensado en compartir con todxs vosotrxs una historia sobre Harlem de la que Bill «Bojangles» fue participe y que está relacionada con el mundo del claqué. Hoy os hablaremos del «Tree of Hope», del árbol de la esperanza. Durante el renacimiento de Harlem corría la leyenda de un árbol que al tocarlo daba buena suerte a todos aquellos artistas, aspirantes a la fama en el mundo del espectáculo, que actuaran tanto en el famoso Hoofers Club , en el cercano teatro Lafayette, en el Small´s Paradise y en todos aquellos teatros y clubs de renombre del barrio de Harlem.

Es por ello que la procesión de grandes artistas era frecuente alrededor de este árbol. Entre algunos de los artistas que confiaron su suerte a este famoso árbol encontramos a los grandes Ethel Waters o Fletcher Henderson entre muchos otros.

Alrededor de la época en la que el teatro Apollo abrió sus puertas al público afroamericano en 1934, 20 años después de su primera inauguración, la ciudad de Nueva York amplió la Séptima avenida (justo donde estaba ubicado el árbol de la esperanza) y los árboles que una vez bordearon el Boulevard de los sueños tuvieron que ser eliminados, incluido el famoso monumento del árbol de la esperanza de Harlem.

El árbol fue cortado en 1934 en varios trozos y se vendió como recuerdo. Sin embargo Ralph Cooper compró una pieza del árbol que medía cuarenta y cinco centímetros de ancho y alrededor de treinta centímetros de alto. Se lo llevó a teatro Apollo y lo dejó en su camerino. Justo antes de que comenzara la primera «amateur night» en el Apollo, ordenó que lijaran y barnizaran el tronco y lo montaran en una columna. El pedestal de la columna se colocó a la derecha del escenario, justo afuera de la cortina para que el público pudiera verlo. En 1941, Bill ‘Bojangles’ Robinson se unió al alcalde de Nueva York, Fiorello LaGuardia, en una ceremonia en honor al famoso árbol y su historia. El árbol todavía se encuentra en el famoso Teatro Apollo, donde los artistas todavía lo tocan como señal de buena suerte antes de subir a actuar al escenario de este maravilloso teatro lleno de historia.

Fuente del artículo: https://www.harlemworldmagazine.com/

 
 
 

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